Los clásicos nunca mueren. Unas albóndigas en salsa de tomate, son como unos pantalones negros o una camisa blanca. un básico de fondo de armario que siempre te saca de un apuro 😀
Sí, y es que, en la cocina, como en decoración o en el vestir hay modas.
Lo habrás visto por las redes mil veces, sale algo que gusta y venga, todo el mundo a poner lo mismo hasta la saturación. Si no, que me puedes decir de la cantidad de tartas de queso, cups cakes, bund cakes, mugs cakes, tortitas, etc.
Y lo entiendo, son recetas muy fotogénicas y apetitosas, con las que conseguir muchos likes.
Reconozco que yo desde que empecé con mi blog he ido un poco contra corriente. No sigo las modas, es más, me he dedicado a desempolvar las recetas de la abuela y traerlas a la vida moderna.
Yo prefiero compartir recetas nutritivas, aunque sean poco fotogénicas, como un buen potaje o crema de verduras, de las que podrás encontrar muchas recetas en mi blog.
Si hay una receta que no puede faltar en ninguna casa española, esas son las albóndigas, redonditas, blanditas y muy sabrosas.
Poca gente he visto resistirse ante el encanto de estas bolitas de carne tan apetitosas como versátiles, con ese sabor que siempre nos recuerda a casa.
Lo cierto es que las albóndigas para mí, no pasan de moda, aunque también se reinventan como todo.
Esta es mi receta de las albóndigas en salsa de tomate, que es como las hace la mayoría, aunque siempre hay pequeñas variaciones.
Hoy en día puedes ver albóndigas con todo tipo de ingredientes, sin ir más lejos yo misma tengo una receta de albóndigas de brócoli vegetarianas, que están muy ricas y además son muy saludables.
A veces me vuelvo loca pensando que recetas compartir en el blog, y me olvido de las más básicas. De hecho, alguien me recordó que no tenía publicada la receta de las albóndigas de toda la vida. Así que yo ni corta ni perezosa me dije, marchando una de albóndigas.
En realidad, cualquier cosa comestible con forma redonda es susceptible de llamarse albóndiga hoy en día, a mí sean de lo que sean las encuentro irresistibles 😀
Mis consejos para unas albóndigas de «diez»
• Compra carne de buena calidad
No compres la carne picada que está en bandejas en las neveras, suelen añadirle conservantes y otra serie de productos para darle mejor color. También es una carne que puede tener un exceso de grasa. En cualquier caso, lee bien el etiquetado, y a menos que ponga que solo lleva carne, yo no la compraría.
Mi consejo es que vayas a la carnicería, elijas la pieza que te guste, pide que le retiren el exceso de grasa y que la pasen dos veces por la máquina.
Una vez en casa, si no la vas a usar enseguida, debes congelarla lo antes posible, ya que la carne molida se degrada más rápido que las piezas enteras.
• Prepara más cantidad de salsa de tomate
Te cuesta el mismo esfuerzo, y así podrás tener una rica salsa de tomate casera para otros platos.
Puedes conservarla en tarros de cristal en la nevera, pero para ello, debes esterilizar los tarros primero. Vierte dentro la salsa cuando esté muy caliente, y llénalos al máximo, cierra y dales la vuelta. Con esto conseguimos hacer el vacío. Una vez fríos los puedes meter en la nevera, así aguantarán bastante tiempo.
O si lo prefieres congela la salsa, en este caso no hace falta esterilizar nada, vierte la salsa en tupers o bolsas de congelación con cierre hermético, y listo. Recuerda apuntar por fuera la fecha.
Seguro te sacarán de más de un apuro.
También puedes hacer más cantidad de albóndigas y congelarlas. Congelan estupendamente, y así tendrás un plato listo para cualquier día que no puedas cocinar.
Ya hora sí, vamos con la receta.
Albóndigas en salsa de tomate
Albóndigas en salsa de tomate
Ingredientes
Para las albóndigas
- 500 g de carne picada mitad cerdo, mitad ternera
- 3 o 4 dientes de ajo
- 4 ramitas de perejil
- 1 huevo
- 50 g de pan rallado
- Sal y pimienta negra al gusto
- Harina
- Aceite de oliva para dorar las albóndigas
Para la salsa
- 1 cebolla pequeña
- 2 o 3 dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- 500 g de tomate natural triturado*
- 1 cda. de orégano
- 50 ml de vino blanco
- Sal al gusto
Elaboración paso a paso
- Empieza preparando la salsa. Pela los ajos y la cebolla y pícalos en cuadraditos pequeños.
- En un caldero añade 4 o 5 cucharadas de aceite, sofríe primero los ajos, hasta que empiecen a cambiar de color. Inmediatamente añade la cebolla, una pizca de sal y deja que se poche a fuego suave durante unos 10 min aprox.
- Vierte el tomate triturado, el orégano y sal al gusto, remueve, tapa el caldero y deja que se haga a fuego suave, removiendo de vez en cuando para que no se pegue, mínimo 30 min.
- Mientras se hace la salsa prepara las albóndigas. En una picadora si tienes, y si no a mano pica los ajos pelados y las hojas de perejil, todo muy pequeñito.
- Pon la carne en un bol, añade los ajos y el perejil picados, el huevo, el pan rallado y sazona al gusto con sal y pimienta negra. Mezcla bien todos los ingredientes, puedes hacerlo con las manos.
- Forma bolitas con la masa, del tamaño que prefieras, a mí me gusta hacerlas pequeñas, algo más grandes que una nuez, y las vas colocando en un plato.
- Pon un poco de harina en un cuenco y pasa ligeramente las albóndigas por la harina, sacúdelas un poquito para que no queden demasiado enharinadas.
- En una sartén pon a calentar un poco de aceite y vas friendo las albóndigas, dándoles vuelta para que queden bien doradas por todos lados. Ponlas sobre papel absorbente y reserva.
- Cuando la salsa de tomate esté lista, introduce en el caldero las albóndigas, añade el vino, rectifica de sal, remueve con cuidado y deja que se cocine todo junto unos 20 min más.
- Y listo
Notas
- Puedes usar tomate natural, aunque a mí me resulta más práctico el de bote, elige una marca que no tenga conservantes ni colorantes. Yo siempre compro tomate natural triturado ecológico envasado en bote de cristal, sale buenísimo.
- La cantidad de albóndigas que salen con estas cantidades es relativa, todo dependerá del tamaño que las hagas, a mí me salieron 18 pequeñas.
- Puedes acompañar las albóndigas con papas fritas, papas guisadas, puré de papas, arroz blanco o unas ricas papas gajo.
Tenéis razón, un clásico que no pasa de moda, pero no es fácil encontrar una receta en condiciones como la que presentáis,
gracias.
Saludos, David.
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