Pelamos las cebollas y las cortamos en brunoise (en cuadraditos pequeños).
En una sartén grande vertemos el aceite y añadimos la cebolla. Sofreímos a fuego suave hasta que la cebolla se haya reducido bastante y coja un tono dorado.
Mientras se hace la cebolla encendemos el horno a 180ºC. Cogemos un molde para quiche* y lo untamos con mantequilla. Espolvoreamos un poco de harina en la encimera y estiramos la masa con un rodillo* intentando darle forma redonda.
Colocamos con cuidado la masa en el molde, presionando ligeramente las pareces laterales para que se adhiera. Cortamos el sobrante de masa por el borde y pinchamos con un tenedor por toda la superficie.
Introducimos en el horno y horneamos unos 10 minutos (colocamos el molde en la zona central del horno).
Cuando la cebolla esté lista, la escurrimos para eliminar restos de aceite y agua.
En un bol vertemos los huevos y los batimos ligeramente como para tortilla, añadimos la nata, sal y pimienta negra al gusto y mezclamos, incorporamos la cebolla escurrida y removemos todo bien.
Vertemos la mezcla sobre la masa brisa precocida.
Espolvoreamos por encima el queso rallado.
Horneamos unos 20 min a 180ºC con calor arriba y abajo, en la zona del medio del horno.