Vierte la leche en un cazo, añade la rama de canela, junto con 35 g de azúcar y la nata líquida. Ponlo al fuego y remueve de vez en cuando hasta que arranque a hervir, retira del fuego y reserva.
Mientras tanto, pon las yemas con el azúcar restante en otro cazo, y bate hasta que doblen su volumen y obtengas una crema espumosa (puedes hacerlo a mano o con una batidora de varillas).
Cuando la mezcla de la leche esté tibia, añádela a las yemas sin dejar de batir.
Pon de nuevo la mezcla al fuego, al fuego al baño María, y vas removiendo hasta que adquiera una consistencia cremosa como de natilla.
Retira del fuego y espera a que se enfríe del todo.
Mezcla el gofio con la leche fría, bate bien y añádelo a la crema cuando esté fría*.
Vierte la crema en unos moldes para polos y mételos en el congelador un mínimo de 4 horas, o hasta que veas que están totalmente congelados.
Prepara el baño de chocolate. Derrite el chocolate junto con el aceite de coco o una cucharada sopera de mantequilla y añade almendras picadas.
Introduce los polos en el chocolate, ponlos sobre un plato frío y vuelve a llevarlos al congelador un rato.
Y listos