Pelamos los ajos y la cebolla y los cortamos pequeñitos.
En una sartén grande ponemos 3 ó 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y sofreímos los ajos primero. Cuando empiecen a dorarse ligeramente añadimos la cebolla picadita, una pizca de sal y rehogamos a fuego medio unos 10 min aprox.
Mientras tanto vamos cortando el 1/2 pimiento en cuadraditos pequeños, y se lo añadimos a la fritura. Rehogamos todo hasta que veamos que es el pimiento está blando.
Añadimos la carne molida, sazonamos con sal, pimienta y orégano, subimos el fuego al máximo para dorar la carne y la vamos removiendo hasta que esté cambie de color. Entonces añadimos el vino y seguimos removiendo hasta que se evapore todo el líquido.
Vertemos el tomate triturado, mezclamos bien y dejamos que se cocine un poco hasta que coja consistencia*. Probamos y rectificamos de sal si hace falta y reservamos.
Encendemos el horno a 200 ºC con calor arriba y abajo.
Lavamos los pimientos y los secamos. Hacemos un corte por la zona del rabito, lo sacamos, quitamos todas las pipas y partes blancas de los pimientos, los sazonamos con sal y los rellenamos. Cerramos con las tapas que hemos quitado.
Cogemos una fuente de horno y embadurnamos el fondo con unas gotitas de aceite. Colocamos los pimientos levantados* y los metemos en el horno, más bien en la zona inferior, que no queden muy pegados al grill para que no se quemen en exceso. Bajamos la temperatura a 180ºC y horneamos entre 30 y 40 min.