Limpia el solomillo de grasa y lo salpimentas. Déjalo reposar una hora. Átalo con hilo de cocina para que te quede una forma más bonita.
En una sartén o un caldero lo suficientemente ancho para que te quepa el solomillo entero, añade un par de cucharadas de aceite, y cuando esté bien caliente, pero sin que eche humo doras bien el solomillo por todas partes para sellar la carne y la reservas.
Pela los ajos y los chafas, en el mismo aceite de dorar la carne los sofríes ligeramente hasta que estén dorados, cuidado que no se quemen.
Seguidamente añade las hojas de laurel, el vino oloroso, el whisky, el zumo de naranja, el zumo de limón y una pizca de sal y deja que se haga la salsa unos 20 minutos aproximadamente. Los primeros minutos a fuego fuerte y sin tapar para que se evapore el alcohol y luego tapa y baja el fuego para que la salsa reduzca despacio.
Cuando haya reducido más o menos a la mitad añade los higos secos y remueve, cocina unos 10 minutos más.
Por último, añade los solomillos y cocina unos 5 minutos más dependiendo de cómo te guste el solomillo de hecho.
Retira el hilo de cocina y corta el solomillo en medallones de unos 2 o 3 cm. de grosor, sirve con la salsa, el puré de batatas y las chalotas glaseadas.